sábado, julio 22, 2006

Dos opiniones sobre la elección

El domingo 2 de Julio emití muy feliz mi voto. Las elecciones son la fiesta de la democracia y la gente asistió con un ánimo muy festivo.

La buena noticia: se venció al abstencionismo. La mala noticia: al parecer ganó el PAN. La buena noticia: al parecer ganó por una diferencia minúscula. La mala noticia: al parecer ganó el PAN. Y en un país donde no pasa nada esas son muy malas noticias. En democracias tan nuevas como la nuestra, con una clase política tan enviciada como la nuestra (no todos los políticos son corruptos pero es bastante preciso afirmar que la mayoría lo es), con ciudadanos con muy poca tradición de serlo, con una población que gusta más de la descalificación que del debate; la mejor opción es la alternancia.

Por el clima postelectoral no estoy preocupado. Las instituciones son fuertes y saldrán avantes. Las instancias legales existen y serán utilizadas. En elecciones tan competidas y cerradas como la que fue, no importa el ganador, el perdedor estará reacio a aceptar la derrota. Quien piense lo contrario es que conoce muy poco la historia electoral de México. Cuando el PAN obtuvo su primera gubernatura (Guanajuato) lo hizo desconociendo una elección que en papel había perdido ante el PRI, a través de una negociación que quedará por siempre en la historia como una afrenta a la democracia. Los políticos así son, no importa los colores que representen.

La progresía liberal pronto tendrá otra oportunidad. Dentro de 6 años si como pienso, seguimos por el mismo rumbo, o más bien sin rumbo alguno, la oportunidad de establecer un Estado con responsabilidad social estará un poco más cercana. Mientras tanto, las clases medias y altas podremos seguir en nuestra embriagadora estabilidad; dejando para después los grandes sueños para pedir que nuestro avance sea pequeño y parsimonioso, como pequeño y mediocre será nuestro presidente.

En estos días he recibido correos bastante estúpidos donde dicen que todos aquellos que tomamos un partido esperamos vivir del gobierno, llamándonos perezosos y ambiciosos pues esperamos que el gobierno nos llene los bolsillos. Yo creo en el valor del trabjo pero también creo en la igualdad de oportunidades, y en México hay una gran desigualdad. La soberbia de la clase media y alta es que pensamos que no le debemos nada a nadie, que somos muy brillantes y todo lo hemos logrado con astucia y sagacidad. Lo anterior es parcialmente cierto pero cerrar los ojos a la pobreza que mata es enaltecer la ignorancia. A esos que me mandaron correos tan pobres les propongo un experimento muy sencillo: cavamos un foso de 10 metros y los dejo en el fondo sin herramientas ni equipo de escalar. Algunos se las ingeniarán y saldrán luego de muchos esfuerzos; otros no tendrán la inteligencia o la perseverancia para hacerlo. Posteriormente los dejo en la misma situación pero con herramientas y equipo adecuado. Al final, comparamos que fue más fácil.

Me siento muy feliz porque en mi Estado la participación fue muy copiosa, cercana al 70 %, pero aún hay un largo camino que recorrer de participación y tradición electoral. Los temas a discutir más inmediatos a mi parecer son: el presupuesto obsceno que se asigna a los partidos, el tiempo televisivo que se compra para campañas, la duración de las mismas y la regulación del financiamiento privado a los partidos.

Si, hubo guerra sucia. Si, hubo intervencionismo presidencial a favor de Calderón. Si, hubo un uso ilegal e ilegitimo del padrón electoral por parte de Acción Nacional. Si, hubo voto coaccionado por parte de los empresarios a favor de Felipe Calderón. Si, fue pobre el desempeño del IFE y en especial de Luis Carlos Ugalde. Si, el PAN aprendió las viejas prácticas electorales del PRI. Pero siempre pensé que el poder ciudadano vencería tales manipulaciones. Esta vez no se pudo, pero debo tener esperanza en el despertar ciudadano en un futuro no muy lejano.

México se muere por el cáncer de la desigualdad. Esta vez, una mayoría (cada vez menor por cierto) votó por la cirugía cosmética, las curitas y la homeopatía para tratar nuestro mal. Mientras que el cáncer consume lo que queda de México, hemos pospuesto una vez más la cirugía mayor.

En el fondo creo que perdió México. Dejamos pasar un tren a la modernidad pero ya habrá otros. Tengo que creer que habrá otros, o sufro el riesgo de convertirme en una mente cuadrada con aristas muy agudas.

Siempre apostaré al convencimiento inteligente sobre el denuesto del populacho. Apuesto siempre a la inteligencia de los individuos y no a sus miedos irracionales. Apuesto al análisis informativo que a las opiniones teletransmitidas canonizadas. Y siempre apuesto a la grandeza sobre el egoísmo cobarde.

Tendremos el gobierno que merecemos. Así de sencillo. Le deseo suerte a Felipe Calderón; espero que sepa encontrar el talento del que hasta ahora ha carecido, y que se vista de una autoridad moral que nunca ha tenido. Le deseo lo mejor porque “en una de esas” hasta podría resultar benéfico para México.

Fernando Velázquez

Soy mexicano, nacido en el estado de Coahuila, en el pueblo de Nueva Rosita pero de casi toda la vida radicado en el buen D.F.

Me confieso orgullosamente de izquierda, al igual que muchos no soy perredista pero apoyo la candidatura de Andrés Manuel López Obrador al cual le sigo el paso desde que era Presidente del PRD.

Como mayoría de los que leen tu sitio estoy muy preocupado por el escenario post electoral y la serie de ataques infundados que ha realizado el Partido Acción Nacional en contra de nuestro candidato y de la democracia nacional. Estoy totalmente de acuerdo en el conteo voto por voto que debe realizar como responsabilidad histórica el Tribunal Electoral.

A pesar de que la mayoría de las personas que votaron a favor de Felipe Calderón lo hicieron por miedo y por desinformación, creo que sería bueno aclarar que la izquierda no tacha de pirrurris, malos o ladrones a los votantes de Felipe Calderón, es importante para la concordia en nuestro país tratar de no dividirlo más. Admiro mucho el trabajo que se realiza en este espacio debido a que siempre se han basado en hechos y fuentes fidedignas y no en habladas y argumentos sin fundamento como los sitios y correos que han enviado algunos seguidores de Calderón.

Debemos de defender a toda costa la izquierda informada y no generadora de odio, característica de la que se hicieron acreedores la gente de campaña y colaboradores de Felipe Calderón.

No vale la pena tener problemas con personas cercanas, familiares y desconocidos solo por la preferencia política o por la grave desinformación y miedo de la que fueron hechos presos, al fin y al cabo tenemos que entender que su mayor problema es su ignorancia, provocada por los medios de comunicación.

Ernesto Ché Guevara, en la Revolución Cubana, a pesar de haber sido denunciado al ejército de Batista por algunos campesinos, siempre se mantuvo firme en que esto no debería de generar odio, que todo eso fue parte de la ignorancia que había provocado el gobierno y que ese era uno de los principales estandartes por los cuales ellos lucharían.

Como lo mencioné antes, al ser oriundo de Nueva Rosita, Coah., conozco la problemática que aqueja a los paisanos que tienen que ir a ganarse la vida a Estados Unidos o trabajar por míseros sueldos largas jornadas en las minas o maquiladoras, a ellos no les ha llegado el gobierno del cambio. Por eso apoyo a la izquierda informada y democrática y a Andrés Manuel López Obrador.

Creo que nuestro trabajo principal como izquierda democrática será apoyar que se realice el conteo voto por voto, que el gobierno y los medios de comunicación sepan que no podrán bloquearnos, que somos muchos más los que queremos vivir mejor y trabajamos duro para conseguirlo (aunque el PAN nos tache de vividores o "huevones") y por último con argumentos fundados y no con odio hacer ver a nuestros amigos que dieron el voto por Felipe Calderón que la realidad del país no es la que pintaban los spots panistas y que si leemos, nos informamos, utilizamos el criterio y la objetividad para analizar propuestas podremos avanzar como sociedad y país.

Ing. Julio Orozco Santos Coy

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