martes, marzo 31, 2009

MYERS Y LA PSICOLOGÍA CIENTÍFICA

José María Soler


“Un escéptico es una persona dispuesta a cuestionar cualquier afirmación que pretenda ser cierta, exigir claridad en la definición, coherencia en la lógica y una demostración adecuada”
Paul Kurtz, filósofo,
El investigador escéptico, 1994

“ Un científico debe tener libertad para formular cualquier pregunta, para dudar de cualquier afirmación, para buscar pruebas, para corregir cualquier error.”
J.Robert Oppenheimer, físico.
Life, 10 de Octubre de 1949.


El libro de David G. Myers “Psicologia” plantea claramente la necesidad de una actitud científica en psicologia para obtener resultados fiables. Esto podria aplicarse a la mayoria de disciplinas del conocimiento, salvo evidentes excepciones como por ejemplo el arte.

En el libro Myers ilustra muy bien porqué debemos rechazar la intuición y el “sentido común” (sea lo que sea esto) si queremos avanzar de forma sólida en nuestros conocimientos. El dejarnos llevar por nuestro sentido común y nuestras intuiciones nos lleva a menudo a cometer errores graves o a sacar conclusiones equivocadas por la ausencia total de pruebas que respalden su veracidad. Lo que “nos dicta el corazón” o “nuestras entrañas” o nuestro “sentido comun” o nuestras experiencias personales, no son más que , como mucho, datos anecdóticos de escaso valor que no aportan ninguna solidez a nuestro conocimiento y nos llevan por un camino bastante desviado que nos aleja de “la verdad”, en contra de lo que algunos gurus y sus seguidores nos quieren hacer creer.

Dice Myers : “Hay dos fenómenos- el sesgo retrospectivo y el exceso de confianza en nuestros juicios- que ilustran porque no podemos confiar solamente en la intuición y el sentido común. El cuestionamiento crítico que fluye a partir de un enfoque científico, basado en la curiosidad, el escepticismo y la humildad, ayuda a separar el sentido del sinsentido. Los psicólogos, al igual que todos los investigadores, utilizan el método científico para construir teorias que organizan las observaciones e incluyen hipótesis comprobables.” (Myers, D.: Psicologia . Ed. Panamericana. 2006).

En el fondo, todo esto va de saber separar, en nuestra viada diaria, la realidad de la ilusión y la verdad de la falsedad. Algunos se han esforzado en descubrir y aprender sobre la realidad del mundo que nos rodea y otros siguen alimentando un mundo lleno de ilusiones (cuando no de falsedades y estafas) en el que cualquier cosa imaginable puede “encajar” como real si les conviene, si se “lo pide el cuerpo” o si asi se sienten más seguros o tranquilos al evitar que se tambalee el entramado de ideas en el que sustentan su vida.

Cuando en nuestra vida cotidiana intentamos separar realidad de ilusión o certeza de error (o de falsedad) nuestra intuición no es suficiente y nuestro “sentido común” (sigue costándome saber que es esto de lo que todo el mundo habla) tampoco. La psicologia experimental lo demuestra feacientemente. El factor humano incluye demasiadas veces el error (“errare humanum est”) como para considerarlo una herramienta fiable. La tendencia que tenemos a sesgar la información, la falibilidad de nuestros sentidos y de la interpretación que hacemos de nuestras percepciones sesgadas por nuestros prejuicios, asi como los “pecados” de nuestra memoria que transforma nuestros recuerdos, nos hace personajes poco fiables para generar conocimiento partiendo únicamente de nuestro pensamiento (Platón se equivocaba).
A pesar de que la psicologia demuestra hasta la saciedad las afirmaciones que acabo de hacer, todavia hay quien propugna con gran fe (ciega por supuesto y por lo tanto irreal) que debemos confiar en nuestra intuición, como Luky Skywalker confia en “La fuerza” en La Guerra de las Galaxias. No creo que los pilotos de aviación esten muy de acuerdo, seguro que prefieren confiar en sus instrumentos de vuelo.
A los que confian en su intuición Myers les propone un par de sencillos ejercicios:
-Imaginemos que dobla una hoja de papel (0.1 mm de grosor) 100 veces sobre si misma. ¿Qué grosor aproximado tendría una vez doblada?1.
-Dado nuestro año de 365 dias, un grupo necesita 366 personas para asegurar que, al menos dos, coincidan en su fecha de nacimiento. ¿De que tamaño debiera ser un grupo para tener un 50% de probabilidades de hallar una coincidencia en la fecha de cumpleaños?2.

Otro de los elementos que nos induce a error es el denominado “sesgo retrospectivo”.
El sesgo retrospectivo es la tendencia a creer, despues de conocer un resultado, que lo podriamos haber anticipado. (Tambien se conoce como el fenómeno: “Yo ya lo sabia desde el principio”).
Myers explica diferentes trabajos de psicologia experimental en los que se demuestra que cometemos fallos a causa de la confianza que nos genera el pensar que algo lo sabiamos desde el principio. Destaco unos pocos de estos:
A un grupo de personas se les da el presunto resultado de un estudio que concluye que: ”Los psicologos han averiguado que la separación debilita la atracción romántica; como dice la frase, ojos que no ven corazón que no siente”. A otro grupo de personas se les proporciona el presunto resultado de otro estudio que preconiza justamente lo contrario:
“Los psicólogos han descubierto que la separación refuerza la atracción romántica; como dice la frase, la ausencia del amado inflama el deseo”.Se les pide a ambos grupos que expliquen por qué esto podría ser cierto. Ambos encontrarán razones de “sentido común” que explican las conclusiones que se les han proprocionado. Es evidente que existe un problema cuando el “sentido común” permite llegar a conclusiones opuestas, además, en general, la mayoria de personas de ambos grupos afirmarán que :”esto yo ya lo sabia”.
Parece que el sentido común o la intuición no nos conduce al conocimiento de la realidad sino a la explicación que más nos conviene.
Se escogió a testimonios de ruedas de reconocimiento policial que dudaron en el momento de reconocer al presunto culpable. Cuando se les comunicó que habian acertado, la mayoria estaban convencidos de haberlo reconocido sin dudas, de haberlo sabido desde el principio.
A un grupo de 352 estudiantes se les mostró el video poco nítido de una persona que entraba en un almacén justo antes de asesinar al guardia de seguridad. Posteriormente se les facilitaron diferentes fotografias para que intentaran reconocer al asesino (ninguna de ellas correspondia al culpable). Se escogieron a algunos miembros del grupo y se les comunicó que habian acertado con la identidad del asesino. Se mostraron muy seguros de haberlo reconocido sin dudas desde el principio. Parece que el “sentido común” se muestra muy sólido cuando los hechos ya han sucedido y nos los han explicado. Esta percepción retrospectiva distorsionada hace que nos volvamos excesivamente confiados en nuestra capacidad cuando la realidad demuestra que deberiamos desconfiar, y mucho, de ella.


El sesgo retrospectivo es uno de los errores que hacen evidente la necesidad de la investigación científica en psicologia. Debemos huir del interpretativismo y la intuición y basárnos en los principios que rigen la investigación científica que busca la comprobación mediante pruebas objetivas.
A veces, la “intuición de la abuela” falla. Basada en innumerables observaciones superficiales nuestra intuición nos ha llevado a creer que la luna llena propicia los partos o las crisis en los enfermos mentales, que los sueños predicen el futuro, que la familiaridad fomenta el desden y un sinfín de afirmaciones más que el trabajo cuidadoso y seguro de la ciencia ha demostrado que son falsas.
Nuestro acceso al conocimiento no solo esta sesgado por nuestro sentido comun, los “pecados” de nuestra memoria, nuestras intuiciones o nuestras interpretaciones (la realidad tal como la vemos versus los hechos tal como son) sino por nuestra tendencia a confiar excesivamente en nuestras capacidades, por nuestra tendencia a pensar que sabemos más de lo que sabemos: “No nos gusta su sonido. Los conjuntos de guitarra estan desapareciendo” (Compañía de discos DECCA cuando se negó a firmar un contrato de grabación con los Beatles en 1962). “El teléfono puede ser apropiado para nuestros primos norteamericanos, pero no aquí, ya que tenemos un adecuado servicio de mensajeros” (Un grupo de expertos británicos que evaluó la invención del teléfono). “No podrian acertarle ni a un elefante a esta dist...” (Últimas palabras pronunciadas por el general John Sedgwik durante una batalla de la guerra civil norteamericana, 1864).
El sesgo de confirmación y la finalidad del funcionamiento de nuestro cerebro a lo largo de la evolución tampoco nos ayudan a conocer las cosas tal como son sino más bien como nos conviene que sean. Llamamos “sesgo de confirmación” a la tendencia que tenemos a aceptar la explicación o conclusión que mejor encaja con nuestras ideas preconcebidas o nuestras necesidades emocionales sin un cuestionamiento crítico. Esto nos lleva a “seleccionar” negativamente la información de forma que rechazamos hipótesis o datos que podrian llevarnos a un mejor conocimiento de la realidad sencillamente porque “no nos convienen”. Uno de los muchos ejemplos claros que hacen referencia a este sesgo es el del tema de los partos y la Luna llena: existe la absurda idea de que la Luna puede tener algún influjo sobre el comportamiento de las personas (una superstición dentro del ámbito de la no menos absurda astrologia).Hace pocos años se efectuó una encuesta en la que se preguntaba a médicos, comadronas, policias y personal sanitario de urgencias si creian que era cierta la antigua idea de que durante las fases de Luna llena se producian más partos. La mayoria respondieron que si. Varios estudios retrospectivos analizando el número de partos y la fase lunar en la que se habian producido (se analizaron más de 50.000 partos consecutivos), demostraron que no habia ninguna relación entre ambos fenómenos. Entonces, ¿porqué todas aquellas personas habian estado creyendo justo lo contrario a lo que la evidencia demuestra?, aquí es donde entra en juego el sesgo de confirmación. Tenemos una idea preconcebida y solo prestamos atención a los hechos que la confirman pero no a los que la contradicen. Las noches con muchos partos en las que , al mirar al cielo veiamos Luna llena confirmaban nuestra idea preconcebida y las registrabamos claramente en nuestra mente, las demás noches o fases lunares, pasase lo que pasase no eran objeto de nuestra atención. Solo la coincidencia de nuestra idea preconcebida con el fenómeno de la Luna llena provocaba un “¡ajá! Que se interpretaba inmediatamenete con fuerza como la confirmación (falsa) de esa idea. Este es solo uno de muchos ejemplos de cómo el sesgo de confirmación nos lleva a seleccionar la información a nuestro antojo o conveniencia llevandonos a conclusiones erróneas. Es dificil ver el penalty cuando lo pitan en contra de nuestro equipo y mucho más dificil rechazar ideas que han sido pilares de nuestro entramado de ideas personales. Parece que tendamos más a construir nuestro propio mundo que averiguar como es en realidad.
Algunas investigaciones en neurociencias cognitivas y en antropologia cognitiva aportan cada vez más evidencias que demuestran que el cerebro ha ido evolucionando en relación con una mejor adaptación al medio y esto no coincide necesariamente con una visión más precisa de la realidad. Un homínido en medio de la selva, rodeado de depredadores debe muchas veces actuar de forma rápida guiado por pequeños indicios (intuiciones) para iniciar una huida que le salve la vida. Un pequeño ruido u olor será interpretado como una señal de alarma que desembocará en una actitud de huida inmediata que la mayoria de las veces seria injustificada, pero nuestro cerebro prefiere aceptar esos falsos positivos con tal de evitar un solo error que podria costarnos la vida. Nuestro cerebro busca la supervivencia por encima del conocimiento de la realidad. Nuestro cerebro, a veces, nos engaña (como dice Fco.Rubia) y también nos proprociona explicaciones fantasiosas, ad hoc, para sobrevivir mentalmente a algunos fenómenos. ¿Qué debió suceder en la mente de los primeros homínidos cuando tomaron conciencia de la certeza de la muerte? ¿Qué pudo provocar la convivencia con tanta incertidumbre a su alrededor? ¿Era todo esto soportable o fueron necesarias expliaciones fantasiosas, como los mitos?.
En el libro de Myers se citan diferentes estudios que evidencian este exceso de confianza en nuestras capacidades.
Hasta aquí se explica como ese conocimiento basado en nuestra “impresión”, en nuestra intuición, el sentido común y la “sabiduria popular” se ha demostrado que nos conduce a errores y falsas creencias en la mayoria de ocasiones. A muchos nos gustaria que no fuese asi, pero si queremos acceder a un conocimeinto fiable no tenemos más remedio que aceptar el trabajo duro y meticuloso de la demostración objetiva, de la búsqueda de pruebas. Requiere mucho más esfuerzo que aceptar las cosas simplemente porque “nos causan buena impresión”, porque encajan bien en lo que previamente veniamos creyendo, o porque hemos tenido una intuición y, por supuesto, “nuestras intuiciones nunca fallan”. Aceptamos con mucha más facilidad aquello que afianza nuestras creencias previas y nos mostramos mucho más críticos con lo que las cuestiona.
Vayamos por último a explicar otra forma de argumentar muy instalada en nuestro pensamiento y que tambien conduce a conclusiones erróneas con mucha frecuencia. Se trata de la generalización a partir de lo anecdótico. Algo que va en contra del razonamiento lógico formal mas elemental pero que a menduo se arguye como razón de peso cuando en realidad es un desvio de la razón. Algunas personas convierten hechos anecdóticos, personales o no, en pilares del conocimiento. Un ejemplo claro se da cuando analizamos la eficacia de algunas “medicinas” alternativas (lo de las comillas es porque no se deberia llamar medicina a algo que no cura), en estos casos muchas personas las defienden con un argumento muy representativo de la falacia que nos ocupa y te sueltan la famosa frase: “pues a mi me funciona” o “yo me lo tomé y me fue muy bien”, este tipo de respuestas demuestra la poca capacidad para seguir un pensamiento manteniendo el rigor en la lógica argumental. Este tipo de personas no entienden que para hacer esa afirmación es necesario demostrar una relación de causalidad entre el uso de la terapia y su mejoria y que no basta para eso con una coincidencia en el tiempo ( no es el canto del gallo el que hace salir el sol) ni con una anécdota personal, no acaban de entender que su mejoria podria ser debida al puro azar y que para demostrar una relación de causalidad las matemáticas nos enseñan que la muestra debe ser mucho más grande que la única de nuestra experiencia personal. Imaginemos un barril lleno con cien mil bolas de tres colores, no sabemos en que proporcion se encuentran, ahora imaginemos que extraemos una bola y es de color rojo, ¿puede ser la conclusión que el barril esta lleno de bolas de color rojo?. Imaginemos una encuesta de intención de voto en la que se entrevista a una sola persona, ¿tendría algún valor?.
Como dice Michael Hanlon “La evidencia anecdótica, si bien no es totalmente desperciable, en la mayoria de las ocasiones es el enemigo de la razón”.

Si alguien quiere saber cuanto pesa una sandia puede sospesarla entre sus manos y pensar: “creo que pesa unos cuatro kilos”o bien puede utilizar una balanza bien calibrada, pesar la sandia y saber que pesa cuatro kilos setecientos cincuenta gramos.
La actitud cienífica nos lleva a ser abiertos pero no crédulos, a ser escépticos pero no cínicos, a un escepticismo curioso y humilde que nos dispone a renunciar a nuestras ideas si las pruebas nos demuestran que estabamos equivocados. Esto nos ayuda a distinguir la realidad de la fantasia. En definitiva, lo que importa no es nuestra opinión o la de otros, sino las respuestas que nos aportan las pruebas a nuestros interrogantes.
El pensamiento crítico va unido a la actitud científica, Myers lo define muy bien: “El pensamiento crítico examina los supuestos, discierne los valores ocultos, evalúa las pruebas y valora las conclusiones. Tanto cuando leen las noticias como cuando escuchan una conversación, las personas con pensamiento crítico se formulan preguntas. Como científicos, sienten curiosidad.¿Cómo es que el que afirma algo llegó a saberlo? ¿Cuál es el objetivo de esa persona? ¿La conclusión esta basada en datos anecdóticos y en sensaciones viscerales o en pruebas fiables? ¿Esta prueba justifica una conclusión de causa y efecto? ¿Qué explicaciones alternativas puede haber?

Todas estas reflexiones previas nos plantean la inseguridad que deberian producirnos las afirmaciones basadas en corazonadas, intuiciones, revelaciones, impresiones, interpretaciones personales y otros argumentos similares que muchas personas consideran pilares de acceso al conocimiento. Pilares de barro que se derrumban en cuanto los sometemos al analisis crítico objetivo, al “peso de la prueba”.
Nos damos cuenta de que tenemos que huir de esa mezcolanza de argumentos falaces que nos mete en un laberinto de errores del que a veces no sabremos volver. Hemos de distinguir claramente cuando estamos creyendo y cuando estamos sabiendo.
Si tenemos pasión por el saber no querremos engañarnos ni que nos engañen, buscaremos la manera más segura posible de adquirir conocimientos y esto nos lleva a la actitud científica.

1 Si doblamos 100 veces sobre si misma una hoja de papel de 0.1 mm alcanza un espesor equivalente a 800 mil millones de veces la distancia entre la Tierra y el Sol.

2 Solo se necsitan 23 personas para tener más del 50% de probabilidades de que coincidan los cumpleaños de dos de ellas en la misma fecha.

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