A causa de mi astringente escepticismo y negro humor respecto a las supersticiones del populacho en general, a menudo me encuentro en situaciones de debate multitudinario donde la razón parece ser cuestión de mayorías y no de lógica y hechos. Como yo no soy un buen orador ni contendiente, y a decir verdad, las turbas enardecidas me ponen un poco nervioso; generalmente evito las discusiones estériles, pero el anumerismo rampante de mis pares me deja con un muy mal sabor de boca.
La naturaleza perturbadoramente cercana de las predicciones que hacen los llamados "sueños proféticos" son campo fértil de engañabobos, autoengañados y crédulos por igual. También son tema muy común cuando en las reuniones llega la hora de hablar de lo "paranormal".
Pero como bien explica John Allen Paulos en su libro "El hombre anumérico" (lectura muy recomendada por cierto), " la coincidencia permite dar una explicación más racional de tales experiencias".
Allen nos invita a suponer que la probabilidad de que un sueño coincida en unos cuentos detalles claros con una secuencia de hechos de la vida real es de 0.0001. Si suponemos que la probabilidad de un sueño premonitorio un día es independiente de otro día, tenemos que en un año la probabilidad de no tener sueños proféticos ni un sólo día es de (0.9999)^365=0.964; lo que se traduce que en un año el 96% de la población sólo tendrá sueños fallidos, y aproximadamente el 4% tendrá al menos 1 sueño profético.
Multiplicado por la población de cualquier país, la cantidad de gente con sueños proféticos es bastante alta. Lo raro no es entonces que ocurran los sueños proféticos, al contrario, raro sería que no los hubiera.
La naturaleza perturbadoramente cercana de las predicciones que hacen los llamados "sueños proféticos" son campo fértil de engañabobos, autoengañados y crédulos por igual. También son tema muy común cuando en las reuniones llega la hora de hablar de lo "paranormal".
Pero como bien explica John Allen Paulos en su libro "El hombre anumérico" (lectura muy recomendada por cierto), " la coincidencia permite dar una explicación más racional de tales experiencias".
Allen nos invita a suponer que la probabilidad de que un sueño coincida en unos cuentos detalles claros con una secuencia de hechos de la vida real es de 0.0001. Si suponemos que la probabilidad de un sueño premonitorio un día es independiente de otro día, tenemos que en un año la probabilidad de no tener sueños proféticos ni un sólo día es de (0.9999)^365=0.964; lo que se traduce que en un año el 96% de la población sólo tendrá sueños fallidos, y aproximadamente el 4% tendrá al menos 1 sueño profético.
Multiplicado por la población de cualquier país, la cantidad de gente con sueños proféticos es bastante alta. Lo raro no es entonces que ocurran los sueños proféticos, al contrario, raro sería que no los hubiera.
1 comentario:
De acuerdo totalmente contigo, algo parecido lo indicaba Carl Sagan con relación a los formas de caras que vemos en la naturaleza, no recuerdo bien, pero decía algo así como que el hecho de que veamos caras, por ejemplo, en marte o en las conchas de los cangrejos, habidacuenta que estamos "programdos" para reconocerlas, lo realmente asombroso sería que no las encotraramos. He dicho.
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