sábado, enero 29, 2005

A Gloria

No intentes convencerme de torpeza
con los delirios de tu mente loca;
mi razón es a la par luz y firmeza,
firmeza y luz como el cristal de roca.

Semejante al nocturno peregrino,
mi esperanza inmortal no mira al suelo:
no viendo más que sombras en el camino,
sólo contempla el resplandor del cielo.

Vanas son las imágenes que entraña
tu espíritu infantil, santuario oscuro.
Tu numen, como el oro en la montaña,
es virginal y por lo mismo impuro.

A través de este vórtice que crispa,
y ávida de brillar, vuelo o me arrastro,
oruga enamorada de una chispa
o águila seducida por un astro.

Inútil es que con tenaz murmullo
exageres el lance en que me enredo:
yo soy altivo, y el que alienta orgullo
lleva un broquel impenetrable al miedo.

Fiado en el instinto que me empuja,
desprecio los peligros que señalas;
"El ave canta aunque la rama cruja,
como que sabe lo que son sus alas".

Erguido bajo el golpe de la porfía,
me siento superior a la victoria.
Tengo fe en mí la adversidad podría:
quitarme el triunfo, pero no la gloria.

¡Deja que me persigan los abyectos!
¡Quiero atraer la envidia, aunque me abrume!
La flor en que se posan losinsectos
es rica de matiz y de perfume.

El mal es el teatro en cuyo foro
la virtud, esa trágica, descuella;
es la sibila de palabra de oro,
la sombra que hace resaltar la estrella.

¡Alumbrar es arder!¡Astro encendido
será el fuego voraz que me consuma!
La perla brota del molusco herido
y Venus nace de la amargura espuma.

Los claros timbres de que estoy ufano
han de salir de la calumnia ileso.
Hay plumajes que cruzan el pantano
y no se manchan...¡Mi plumaje es de esos!

¡Fuerza es que sufra mi pasión!La palma
crece en la orilla que el oleaje azota.
¡El mérito es el naúfrago del alma:
vivo, se hunde, pero muerto flota!

¡Depón el seño y que tu voz me arrulle!
¡Consuela el corazón del que te ama!
Dios dijo al agua del torrente: ¡bulle!
y al lirio de la margen: ¡embalsama!

¡Confórmate, mujer! Hemos venido
a este valle de lágrimas que abate,
tú, como la paloma, para el nido,
y yo, como león para el combate.

Salvador Díaz Mirón

No hay comentarios.: