lunes, febrero 07, 2005

Los sabios de la actualidad

Por mucho que el hombre aspire a un mayor entendimiento del universo, la meta siempre se desvanece en el horizonte; no hay una verdad última y absoluta porque nuestro cerebro solo está adecuado para comprender plenamente cierto tipo de procesos. Nuestra experiencia inmediata nos dice que a todo tiene una causa que se proyecta “ad infinitum”, un fenómeno que no requiriera una causa es sencillamente inconcebible porque el sentido común así nos lo dice.
La física actual procesa las interrogantes universales desmenuzando el problema, torciéndolos hasta hacerlos encajar en modelos matemáticos conocidos, y manipulándolos hasta hacerlos colapsar en busca de una verdad más profunda. Tarea titánica, obstaculizada por observaciones parciales o incompletas hechas por instrumentos sin la sensibilidad requerida para brindarnos una respuesta inequívoca.
Conforme nos adentramos en el microcosmos la observación directa se hace imposible, por lo que se diseñan experimentos cada vez más complejos que consumen cantidades cada vez más ingentes de energía, donde partículas subatómicas son forzadas a colisionar para romperlas en partículas más elementales. Este enfoque ha sido muchas veces atacado por la brutalidad del método, la analogía más citada dice que es como tratar de entender cómo funciona un reloj, disparándolo contra una pared y observar los restos.
La búsqueda de estas verdades es lenta y a menudo encaminada por pistas falsas; noble empresa realizada por los sabios de la actualidad.

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