miércoles, enero 25, 2006

¿La complejidad irreducible implica Diseño Inteligente?

La “complejidad irreducible” de Michael Behe, de acuerdo con los teóricos del “Diseño inteligente”, implica un “Diseñador “de los sistemas biológicos. De hecho, tal conclusión carece de fundamento lógico. La complejidad irreducible puede ser considerada un argumento más en contra que a favor del Diseño Inteligente.

La noción del diseño Inteligente ha estado rondándonos por bastante tiempo. El enunciado de éste dice que la vida tiene un límite mínimo donde se vuelve “irreduciblemente compleja”, lo cual es evidencia de un creador y de un diseño para la vida. Esta sola afirmación es la que a menudo sacan a relucir los creacionistas para exigir que la teoría (si es que así se le puede llamar) de la creación comparta el mismo tiempo de estudio que la evolución. Lo cierto es que el enunciado central de la teoría adolece de graves defectos. El más grave de ellos se refiere a la ambigüedad de lo que se considera complejo e irreducible.
Behe afirma que un sistema irreduciblemente complejo es aquel que cumple con las siguientes características:
-Consiste de muchas partes.
-Dichas partes se ajustan de manera apropiada (Behe no define cómo es un ajuste apropiado)
-El sistema realiza ciertas funciones básicas.
-Deja de funcionar si alguna de sus partes falla o se pierde.
El ejemplo más aludido por los creacionistas es el ojo humano, donde la ausencia o deterioro de cualquiera de sus partes resulta en invidencia, argumentando también que ningún animal posee medio ojo. Esto no es verdad, hay organismos fotosensibles, peces que sólo perciben ciertos colores, y muchos otros animales que, para efectos prácticos, ven con “medio ojo”. Lo cierto es que cualquier visión es mejor que ninguna, y los defectos en ciertas partes del ojo no siempre resultan en ceguera.
Si efectivamente hay sistemas “inteligentemente diseñados”, son casos de malos diseños. Si la pérdida de una parte del sistema destruye su función, dicho sistema no es confiable, y por lo tanto, si fue diseñado, el diseñador es inepto. Cuando los ingenieros diseñan máquinas, puentes, o televisores, siempre tratan de predecir que es lo que puede averiarse en su diseño. El Diseño Inteligente, por definición, es altamente vulnerable al daño accidental. Si los sistemas “irreduciblemente complejos” son diseñados, son diseñados pobremente.
Por otra parte, el Diseño Inteligente es una hipótesis sin validación externa. Se dice que una teoría sólo es tal en la medida en que está escrita y puede ser rebatida; el Diseño Inteligente es por naturaleza ambiguo en los enunciados que contiene y sin posibilidad de ser rebatido. La argumentación de estos creacionistas es penosamente similar al del zoólogo británico fundamentalista Philip Henry Gosse:
“Podemos incluso suponer que Dios creó al mundo hace tan sólo unos minutos, con todas sus ciudades y registros, y con recuerdos en las mentes de las personas, y no existe manera lógica de refutar esto como una teoría posible”.
No es preciso renunciar a ninguna de las verdades de la geología y, aún así, la armonía con el Genésis es completa.
Fernando Velázquez