sábado, junio 24, 2006

Las tribulaciones de la fe

Hay asesinos alrededor del mundo que nos quieren matar a ti y a mi por lo que ellos creen es el más alto de los ideales. Irak, Palestina, Afganistán, todas estas situaciones ponen a prueba nuestro sentidos de civilidad, ética y moral. Y mientras despertamos a estas inquietudes, no olvidemos el elefante en la habitación, un elefante llamado religión.

Los suicidas islámicos mueren convencidos que esa muerte los lleva a una especie de paraíso para los mártires. Esta característica no es exclusiva del islamismo, es el proceso que es común al judaísmo, cristianismo y todas las demás religiones; es un proceso peligroso de “no pensar” que llaman fe.

Hay una profunda contradicción entre ciencia y religión. No hay evidencia sólida o razón para creer en dios, y la idea de un creador divino empequeñece la elegante realidad del universo. El siglo XXI debería ser una era de razón y conocimiento, y sin embargo, el fanatismo religioso está más presente que nunca.

La ciencia, dicen, no debe pisar los talones de la religión. Hay gobiernos que incluso prohíben la crítica a la religión. La hora ha llegado para los hombres de razón de levantarse y poner un alto a esta irracionalidad. El pensamiento religioso desalienta el pensamiento independiente, divide y es peligroso.

Antes solía pensar que la ciencia había ganado la guerra contra el pensamiento mágico. Ahora no estoy tan seguro. A la gente le gusta pensar que la ciencia y la religión pueden convivir sin problemas, incluso hay quien dice que la ciencia es una especie de nueva religión. Esto por supuesto sólo es sostenido por personas sin el conocimiento de cómo trabaja la ciencia.

La ciencia es una disciplina de investigación y duda constructiva, basada en la lógica, evidencia y la razón para obtener conclusiones. La religión, en contraste, demanda una suspensión de nuestras habilidades críticas. Sus naturalezas excluyentes me hacen difícil ver una reconciliación o siquiera tolerancia mutua.

No sé cuál sea el futuro de la humanidad si seguimos por este camino, si la gente sigue pensando así, si seguimos diciendo a nuestros niños que hay algo bueno en la fe, que hay algo bueno en creer porque te dicen que creas más que por creer al examinar la evidencia.

A diferencia de la religión, la ciencia no clama tener todas las respuestas. Aún hay interrogantes muy profundas acerca del origen del universo. Pero sólo porque la ciencia no puede responder aún estas preguntas no significa que la fe, tradición, revelación o un “texto sagrado” antiguo pueden. La ciencia no puede probar la inexistencia de dios pero eso no prueba su existencia. Hay un millón de cosas cuya inexistencia no podemos probar.

Bertrand Russell tenía una analogía que explica mejor esta idea. Imaginemos que hay una taza de té en órbita alrededor del sol. No podemos probar la inexistencia de esta taza porque es muy pequeña para ser visualizada por nuestros telescopios. Nadie sino un lunático diría: “bueno, estoy preparado a creer en la existencia de la taza porque no puedo probar que no existe”. Tal vez todos deberíamos ser agnósticos en teoría pero “ateos de la taza” en la práctica. Ahora supongamos que todos en la sociedad: los maestros, ancianos, nuestros padres; todos tienen fe en la taza. Historias sobre la taza han sido transmitidas de generación en generación, hay libros sagrados sobre la taza. Entonces cuando llega alguien y dice que no cree en la taza, puede ser considerado excéntrico o incluso demente. Hay un número infinito de entes como la taza celestial: hay hadas, unicornios, duendes, y mucho otros seres cuya inexistencia no podemos probar. Pero no creemos en ellos más de lo que creemos en Thor, Afrodita, Gea o Zeus. Todos somos ateos de la mayoría de los dioses en los que ha creído la humanidad en algún momento, algunos sólo vamos un dios más allá.

Fernando Velázquez con extractos del programa “La raíz de todos los males” conducido por Richard Dawkins

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La gente cree en Dios porque el mayor misterio se encuentra en el origen de las cosas, ¿qué fué lo que nos creo?... es algo que nadie ha podido respondernos, ningún humano con la suficiente imaginación sería capaz de crear al universo y por eso atribuimos ese milagro a un Dios, no tenemos forma de saber que existe pero tampoco de que no. Quizá la idea del Dios es absurda a primera vista, pero el mundo también lo es, la existencia de seres vivos, que nazcan, que tengan que comer, que crezcan, que mueran sin razón alguna, toda nuestra vida también parece serlo, la vida es tan sorprendente que no nos parece imposible la existencia de Dioses.

Anónimo dijo...

a favor, lee "conversaciones con dios" si es que no lo has leido, es la respuesta mas clara que e encontrado. es de neal donald walsch

jedijon dijo...

soy el del coment anterior, son tres libros, te recomiendo que los leas todos juntos