El siguiente es un post de Héctor Coronado:
En estos últimos días se ha cacareado la palabra democracia con más pasión que razón y se esgrime (como si fuera argumento cuando en realidad es un despiste) que los sentimientos de los encargados de contar por primera vez nuestros votos en estas recientes elecciones son "suficiente razón" para no repetir y escrutinar esa tarea (repetición que a todas luces no perjudica, antes lo contrario).Adicionalmente, los partidarios de cada bando puntero nos regalan, a cada rato, con sendas afirmaciones ya triunfalistas o ya catastróficas.
Estás últimas, consistentes en alegatos de que nos vamos a ir derechito a la chingada si al gallo oponente lo ponemos a vivir en los Pinos. Todas esas afirmaciones están equivocadas. ¿Por qué? Pues porque, amigos y vecinos, ya hace mucho tiempo que llegamos ahí. Nomás que algunos están o bien, muy cómodos en su reducido nicho como para notarlo, o bien, consideran que ningún agujero es lo suficientemente hondo como para que no se pueda seguir cavando.Y no veo cómo salir del hoyo en el que nos hallamos en tanto no apliquemos los métodos del escepticismo, del pensamiento crítico y la ciencia a nuestra cotidianeidad.En cambio veo entusiásticas muestras de apoyo a ambos candidatos provenientes de sus partidarios. Pero no veo de los partidarios el mismo entusiasmo para criticar y señalar los errores que cometen sus candidatos.Tampoco veo razones que justifiquen el desmesurado culto al líder que a cada uno le rinden.La apreciación que Felipe Calderón me ofrece es la de un monaguillo inexperto y simplón que promete estabilidad para el país. Lo que en realidad equivale a estancamiento y a continuar siendo el país pitero y sin chiste que hemos sido (excepto por el clima y la gastronomía -que no dependen de a quien pongamos a gobernar-).La apreciación que tengo de AMLO es la siguiente: la de un chofer que dice tener un mapa que nos va a llevar a un destino chido y un camión muy chinguetas para llegar ahí. Y que no se molesta en avisar que lo único que sabe manejar es una bicicleta con rueditas de entrenamiento.¿Cuál de los dos es un peligro para México? En realidad ninguno.Concedamos un momento a los alarmistas que existe un peligro para México. Pero ese no consistiría en la calidad (o falta de ella en este caso) de quien pongamos a gobernarnos. El peligro está en nuestra habitual dejadez, conformismo y autocomplacencia.No soy el único que piensa esto último.Reproduzco a continuación algunos extractos del capítulo Los Verdaderos Patriotas Hacen Preguntas del libro El mundo y sus demonios escrito por Carl Sagan.
No es función de nuestro
gobierno impedir que el ciudadano,
cometa un error;es función del ciudadano
impedir que el gobierno cometa un error.
Robert H. JacksonCorte Suprema de Justiciade Estados Unidos1950...
Los métodos de la ciencia -con todas sus imperfecciones- se pueden usar para mejorar los sistemas sociales, políticos y económicos, y creo que eso es cierto cualquiera que sea el criterio de mejora que se adopte.
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En casi todos los casos no se realizan experimentos de control adecuados, o las variables no están lo suficientemente separadas. Sin embargo, hasta cierto punto a menudo útil, las ideas políticas se pueden probar. Sería una gran pérdida ignorar los resultados de los experimentos sociales porque parecen ideológicamente desagradables.
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No sirve de nada tener esos derechos si no se usan: el derecho a la libre expresión cuando nadie contradice al gobierno, la libertad de prensa cuando nadie está dispuesto a formular las preguntas importantes, el derecho de reunión cuando no hay protesta, el sufragio universal cuando vota menos de la mitad del electorado, la separación de la Iglesia y el Estado cuando no repara regularmente el muro que las separa. Por falta de uso, pueden llegar a covertirse en poco más que objetos votivos, pura palabrería patriótica. Los derechos y las libertades se usan o se pierden.
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Si no podemos pensar por nosotros mismos, si somos incapaces de cuestionar la autoridad, somos pura masilla en manos de los que ejercen el poder. Pero si los ciudadanos reciben una educación y forman sus propias opiniones, los que están en el poder trabajan para nosotros. En todos los países se debería enseñar a los niños el método científico y las razones para la existencia de una Declaración Universal de Derechos. Con ello se adquiere cierta decencia, humildad y sentido de comunidad. En este mundo poseido por demonios que habitamos en virtud de seres humanos quizá sea lo único que nos aísla de la oscuridad que nos rodea.
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