La semana pasada, los rectores de todas las universidades, de los institutos tecnológicos, de las universidades tecnológicas y, en suma, los rectores de todas las instituciones de educación superior, tuvieron la oportunidad de escuchar las propuestas y proyectos para la educación superior de todos los candidatos presidenciales. El marco: la Asamblea Nacional de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que es la organización más importante de universidades públicas y privadas del país.
A todos los candidatos se les dio un documento con el planteamiento de la ANUIES y una serie de preguntas para que se evidenciara la posición de cada uno en el tema.
Roberto Madrazo, Roberto Campa, Patricia Mercado y Felipe Calderón, presentaron diagnósticos coincidentes y las diferencias en sus proyectos de educación superior, fueron de matices, de énfasis, de detalles.
Hablan de reestructurar el sistema educativo nacional, de fomentar más la investigación y el desarrollo pero ninguno de los 4 habló de destinar un porcentaje significativo del presupuesto a la educación ni a la capacitación de maestros.
(Un estudio reciente de la UNESCO establece que en América Latina, México se ubica por debajo de Argentina, Panamá, Chile, Costa Rica, Venezuela, Uruguay, Bolivia, Barbados, Cuba, República Dominicana, Granada, Perú, Antigua Y Barbuda y Colombia. En otro estudio similar, el de la Organización de Países para el Desarrollo (OCDE), México ocupa el ultimo lugar entre 20 países, con 32 puntos por abajo del penúltimo lugar, que es Portugal. El mismo estudio establece que para alcanzar el nivel de aprovechamiento y calidad en educación superior de los países industrializados, México necesitaría 50 años, y que esos países no avanzaran un ápice en ese periodo de tiempo).
Él único que sugirió algo en ese sentido, aunque no lo dijo de manera explícita fue Andrés Manuel López Obrador, afirmó que si bien es necesario incrementar el presupuesto público destinado a educación superior, se debe hacer con un programa "donde se tengan con mucha claridad los objetivos, las estrategias y sobre todo las metas. Más presupuesto, pero más espacios para los jóvenes y también calidad". Parte de su propuesta es coherente con sus acciones de gobierno en el DF, donde creó la Universidad de la Ciudad de México.
Lo que resulta preocupante de esta visión, aunque ciertamente más incluyente, es que una cobertura global educativa no es garante de calidad ni de competitividad profesional; muy a pesar de los beneficios implícitos en una mayor población técnica, cultural y científicamente mejor preparada.
Y ante esto, los otros 4 candidatos sólo ofrecen paliativos.
En su intervención, el actual candidato del Partido Acción Nacional (PAN) volvió a sangrar por la herida que, según él, le ocasionaron las universidades públicas. En primer lugar la UNAM, que no lo aceptó. En segundo, la universidad pública de su estado (la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo) en donde tampoco se pudo colocar.
En su intervención deslizó su propuesta de "becas-crédito", muy al estilo de los famosos vouchers que el presidente Bush ha impulsado en EU, con resultados nada halagüeños. Sin embargo, lo importante de esta propuesta es que el candidato del PAN demuestra desconocimiento de la realidad mexicana, al creer que México es comparable a los Estados Unidos o a Gran Bretaña, por poner algunos ejemplos. También se le olvida que éste es un programa que ya se intentó antes en México (durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari con las becas-crédito que otorgaba el CONACYT) ignorando por completo la situación de las mayorías de las familias mexicanas, lo cual a la postre resultó un fracaso rotundo y que acertadamente Zedillo, que a pesar de ser un tecnócrata conocía los esfuerzos que hacen muchas familias para que sus hijos asistan a la universidad (no olvidemos que él mismo estudió en el Instituto Politécnico Nacional) , terminó por cerrar.
Mientras las condiciones económicas de los mexicanos sigan como están, la propuesta del sistema de vouchers estará condenada al fracaso. Primero debemos garantizar a las familias ingresos dignos, y después pensar en cobrarles por la educación superior. En este sentido, Patricia Mercado resaltó algo muy importante, ningún país jamás ha quebrado por invertir o apostarle a la educación, sino todo lo contrario.
Por otro lado, entre sus comentarios deslizó que "le habían dicho que una universidad grande se lleva la tajada del león de los recursos presupuestales y eso no debería ocurrir". Sin duda se refería a la UNAM y dejó malestar entre la mayoría de los rectores presentes. Se le olvida que a las Universidades públicas no se les da lo que necesitan, sino apenas recursos para seguir adelante para mantener márgenes mínimos de calidad. A la UNAM se le asigna una cantidad mayor porque ha demostrado en los hechos que necesita dichos recursos. No es ninguna graciosa concesión.
Por último, hay que reconocer que Calderón tiene razón del trauma que padece cuando explica su enojo por no haber ingresado a una universidad pública, más aún tratándose de la UNAM. Implícitamente reconoce, dado que al parecer le es muy difícil hacerlo de manera abierta, que le hubiera gustado estudiar en la mejor universidad, no sólo de México sino de América Latina.
El documento Consolidación y avances de la educación superior en México. Temas cruciales de la agenda ( y que fue dado a los candidatos), establece que ante la "persistente" desigualdad en el acceso a la educación superior en el país, es necesario que para el año 2012 "la cobertura nacional en educación alcance a 30 por ciento de los jóvenes de 19 a 23 años, en tanto que ninguna entidad debe tener una cobertura inferior a 20 por ciento", ya que la media es de 22 de por ciento para este rango de edad y por entidad federativa oscila de 11 a 41 por ciento.
Acerca del balance sobre los problemas que enfrenta la educación superior en México, el documento destaca la "persistencia" de instituciones con niveles desiguales de calidad y pertinencia académica, falta de articulación y alejamiento de los propósitos originales de los procesos de evaluación, alcances limitados en cobertura y equidad social, escasa correspondencia entre los mecanismos de coordinación vigente y el sistema de educación superior.
Revela la desarticulación de la formación universitaria con los niveles educativos previos, en particular con la educación media superior, considerada un "embudo" que obstaculiza el acceso a las universidades de "amplios contingentes de jóvenes".
Al final, hizo falta la propuesta de mecanismos que hagan frente a nuestra realidad nacional, más allá de la simple imitación de modelos extranjeros que ni siquiera en sus países de origen funcionan. Faltó también el compromiso innegable por parte de los candidatos, porque las palabras se las lleva el viento.
“La educación es el instrumento para ayudar a nuestro pueblo a redescubrir su identidad y de este modo reafirmar su dignidad. La educación es el pasaporte al futuro, porque el futuro pertenece solamente a los que se preparan hoy”.
Malcolm X
1 comentario:
Saludos Fernando,
Buen post
También he notado que las propuestas del peje en lo relativo a educación e investigación son un poco más completas que las de los otros dos candidatos.
¿Tienes las referencias que utilizaste para escribir este post?
Me ayudaría para un post que estoy formando con lo relacionado con este tema en las ofertas de AMLO y FCH enfocado a darle seguimiento al cumplimiento del que gane (arriba el peje) en este aspecto.
Un Abrazo
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